Las llanuras que se extienden hasta donde alcanza la vista comienzan cerca del Tajo. Mientras que hacia el norte, el ritmo se establece por el verde de las llanuras, más al sur el paisaje se combina con el sol, el calor y un ritmo de vida más lento.
Este es el Alentejo. Al norte, los pastos de las marismas; en el vasto interior, llanura sin fin, y campos de trigo ondeando en el viento; en la costa, playas salvajes y hermosas que esperan ser descubiertas.
La inmensidad del paisaje está salpicada de alcornoques y olivos que soportan el tiempo. Aquí y allá, se encuentra una ciudad amurallada, como Marvão o Monsaraz, o un antiguo dolmen para recordar la magia del lugar.
Alrededor de las colinas, casas bajas y encaladas se levantan sobre pequeños montículos, los castillos evocan batallas y conquistas y los patios y jardines son testigos de las influencias árabes que dieron forma a la gente y la naturaleza. Estos son los mejores sitios que ver y visitar en Alentejo, Portugal
1. Évora

Évora, capital del Alto Alentejo, es una de las ciudades más encantadoras y mejor conservadas de Portugal, de hecho está clasificada como Patrimonio Mundial por la UNESCO desde 1986 y es conocida como “Ciudad Museo”.
Dentro de sus murallas del siglo XIV, las estrechas y sinuosas callejuelas conducen a magníficas obras arquitectónicas entre las que destacan: la Sé o Catedral; las columnas del Templo romano de Diana, ubicadas cerca de las Termas Romanas; y la Plaza do Giraldo, testigo de episodios espeluznantes durante el periodo de la inquisición.
2. Elvas

Elvas es una ciudad pequeña y agradable, llena de monumentos, clasificada como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2012 debido a que cuenta con las mayores y mejor conservadas fortificaciones abaluartadas terrestres de todo el mundo, siendo un magnífico ejemplo del arte holandés de fortificación.
Elvas es de hecho un encanto para sus visitantes y fue a lo largo de los siglos una ciudad histórica y estratégica que defendía Portugal a tan sólo unos pasos de enemigo.
Desde aquí es posible observar la ciudad española de Badajoz desde cualquier mirador, es por eso por lo que Elvas creció como llave del reino, llegando a tener más de cientos edificios militares. Esta ciudad también tiene antepasados árabes. Era conocida como Lalbash entre el siglo XVIII y hasta el año 1230, cuando fue tomada como ciudad portuguesa por el rei D. Sancho II.
3. Monsaraz

Visitar Monsaraz es una experiencia inolvidable. Monsaraz es una pequeña población rodeada de campos que descansa sobre lo alto de un peñasco, con un castillo del siglo XIV que ofrece espectaculares vistas panorámicas sobre la Presa de Alqueva y el valle del Guadiana.
Este pueblo de calles tranquilas y casas encaladas con paredes desiguales lucha, como muchas otras aldeas del Alentejo, por mantener su número de habitantes que son en su mayoría ancianos.
Hoy en día Monsaraz ha prosperado mucho gracias al turismo y cuenta con varios restaurantes, casas de huéspedes y tiendas de artesanía tradicionales. Es muy recomendable visitarlo para descubrir una Portugal más tradicional, saborear la deliciosa cocina alentejana y dar agradables paseos por sus calles.
4. Marvão

El pueblo medieval fortificado de Marvão se asienta a gran altura sobre un peñasco rodeado de un paisaje de campiña en la región portuguesa del Alentejo, muy próximo de la frontera con España.
Marvão fue una importante plaza fuerte en la defensa de Portugal contra Castilla, especialmente durante la Guerra de la Restauración (Siglo XVII).
Sin embargo en el siglo XVIII entró en decadencia y dejó de tener ejército, lo cual permitió la conservación de muchos de sus edificios de los siglos XV y XVI.
En la actualidad este pueblo portugués se caracteriza por sus imponentes murallas, que se encuentran perfectamente integradas en el paisaje, llegando incluso a confundirse con la cresta del peñasco.
5. Vila Viçosa

Vila Viçosa es una de las ciudades de mármol más recomendadas para visitar de la región del Alentejo. Esta localidad cuenta con la Praça da República, una bonita plaza alargada con naranjos, un magnífico palacio de mármol que resulta ser uno de los más grandes de Portugal, el Museo del Mármol (Paço Ducal), atractivas iglesias y un castillo que alberga el Museo de Arqueología y el Museo de Caça (Museo de Caza).
Es importante mencionar que durante el segundo fin de semana del mes de septiembre esta ciudad alberga la Festa dos Capuchos, amenizada con una corrida de toros y una vacada (sueltan un toro y los habitantes tratan de saltar sobre él). En esta modesta ciudad vivía la dinastía de Bragança, cuyos reyes gobernaron Portugal hasta que se convirtió en República.
6. Mértola

Mértola es un pueblo medieval encaramado sobre unas colinas rocosas que se alzan a los pies del río Guadiana, en la región del Baixo Alentejo, Portugal. Atravesar sus gruesas murallas exteriores y entrar en la ciudad antigua es como viajar hacia atrás en el tiempo. Sus calles empedradas resultan un lugar placentero para deambular.
Sobre la ciudad aparece un castillo pequeño pero importante, que domina un conjunto de casas blancas y una pintoresca iglesia que en tiempos pasados fue una mezquita.
Esta aislada población ha pasado por un largo período de estancamiento económico, lo cual ha favorecido la conservación de muchos vestigios de la ocupación islámica, hasta el punto de que Mértola es considerada como una Vila Museu (villa museo) y uno de los pueblos portugueses que mejor conservan su esencia árabe.
7. Arraiolos

El pequeño pueblo de Arraiolos, ubicado a unos 20 kilómetros al Norte de Évora, es especialmente famoso por sus magníficas alfombras. Estas piezas son tejidas a mano desde el siglo XII, y en ellas se observa la fuerte influencia de las alfombras persas.
Los dibujos de las alfombras se basan en motivos abstractos, diseño de azulejos o representaciones de flores, aves o animales. Las tiendas de alfombras abundan en este pequeño pueblo y los precios oscilan entre los 50€ por un tapete pequeño y los 2000€ por una de las piezas más codiciadas y bellas.
8. Estremoz

Estremoz es, junto a Borba y Vila Viçosa, una de las famosas ciudades de mármol de la región del Alentejo. En la zona hay tanto mármol de buena calidad que se usa por todas partes, hasta en los adoquines.
Estremoz es una ciudad sencilla y a su vez un activo centro comercial con numerosas tiendas que venden herramientas agrícolas, aunque también es posible adquirir artesanía, cerámica y sabrosos manjares en el mercado que se celebra todos los domingos en la plaza central.
La ciudad se encuentra rodeada por una antigua muralla y dominada por la silueta de su castillo medieval del siglo XIII. En ella, cada importante localidad alfarera se alegra con los colores de su cerámica, famosa desde el siglo XVI y las callejas y plazas de su centro medieval se encuentran ornamentadas por hileras de naranjos.
9. Castelo de Vide

Castelo de Vide es un pueblo agradable del Norte del Alentejo que se asienta a los pies de una colina doble coronada por un Castillo medieval de D. Dinis (siglo XIII) y la Fortaleza de São Roque, con la iglesia del mismo nombre tras sus muros. Entre ambos surge la Iglesia de Santa Maria Devesa (siglos XVIII y XIX).
Este pueblo no cuenta con una gran cantidad de monumentos a visitar, pero tampoco se necesitan; basta con disfrutar de este bonito lugar durante un día o una noche. La localidad es más encantadora durante el atardecer y a primera hora de la mañana.
10. Porto Covo

Dentro del privilegiado Parque Natural del Sudoeste Alentejano y Costa Vicentina, la pacata aldea de Porto Côvo, consiguió a lo largo de los años, preservar todo el trazado tradicional que le confiere tan gran belleza. A pesar de ser cada vez más buscado y hoy en día tener una gran oferta de alojamiento y comercio, sus calles ofuscan al visitante con sus casas de un blanco impresionante.
Con el mar azul de telón de fondo, Porto Côvo nos envuelve con sus bellos paisajes, sea de magníficas playas, sea de planicies tipicamente alentejanas. La gastronomia y la simpatia de los habitantes hacen repetir la visita.
11. Terena

Terena, también conocida por San Pedro o San Pedro de Terena, es una bonita villa Alentejana, perteneciente al municipio de Alandroal, situada en una bonita región donde reina la paz de espíritu, cerca de la Ribeira y de la Albufeira de la Presa de Lucifécit, frontera con España. En la Edad Media esta villa sufrió un importante papel defensivo, como lo prueba su Castillo, que integraba la línea de defensa del Guadiana.
Las tranquilas calles de Terena se caracterizan por la hermosa arquitectura Alentejana de caserío rural blanco, de fajas coloridas, y orgulloso Patrimonio, como es visible en el antiguo Castillo de la villa.
En Terena, es de destacar igualmente el Pelourinho del siglo XVI, la Torre del Reloj, las ruinas romanas del pueblo fortificado de Endovélico y su santuario, y también las ruinas del Castro de Castelo Velho.
12. Vila Nova de Milfontes

Vila Nova de Milfontes es una localidad turística del municipio de Odemira, región del Alentejo, y que se encuentra integrada al Parque Natural del Sudoeste Alentejano, que se prolonga más allá del Cabo de São Vicente, preservando uno de los paisajes menos alterados de Europa, compuesto por una agreste y acantilada costa.
Este bonito pueblo vacacional se encuentra justo en la desembocadura del río Mira, junto a grandes extensiones de arena. Durante el verano se repleta de actividad con sus animados bares y discotecas. Uno de los puntos de visita obligada en Vila Nova de Milfontes es el Fuerte de São Clemente, un llamativo castillo musulmán.
13. Zambujeira do Mar

Zambujeira do Mar es un pueblo tranquilo famoso por sus playas agrestes y encantadoras, respaldadas por acantilados abruptos. Este pueblo resulta un buen punto de partida para pasear por los acantilados y las dunas, y para descubrir playas desérticas, pobladas tan solo por aves marinas.
Su calle principal termina en el acantilado, y junto a él parten algunos senderos que bajan hasta las atractivas playas de arena. Este pueblo atrae a numerosos lisboetas, mochileros y surfistas, durante el verano, pero sigue siendo mucho más tranquilo que la vecina Vila Nova de Milfontes, excepto durante el mes de agosto, ya que es cuando este pequeño pueblo acoge un multitudinario festival de música conocido como Festa do Sudoeste.
14. Évoramonte

Evoramonte es una pequeña aldea fortificada ocupa un emplazamiento destacado en la cima de una alta colina del Alentejo, localizada a unos 13 kilómetros al Suroeste de Estremoz, en el Alto Alentejo, Portugal.
Su «vila velha» o centro medieval se dispone en un montículo y fue amurallado por Dom Dinis en el año 1306. Sus torreones (del siglo XVI) refuerzan las portas do sol, Freixo, São Sebastião y São Brás.
En el punto más elevado se erige su coqueto castillo del siglo XVI, de gusto italiano y con una hermosa torre del homenaje. En este núcleo también se encuentra la Iglesia Matriz de Nossa Senhora da Conceição (siglo XVI). Al mismo siglo pertenece el templete da Misericórdia, decorado con azulejos del Antiguo Testamento.
15. Serpa

Serpa es un municipio característico de villas blancas de la región del Alentejo, Portugal. Esta ciudad, rodeada de un entorno de colinas y viñedos, cuenta con un apacible casco antiguo cercado por una muralla y una producción quesera y de queijadas (pasteles de queso), famosa en todo Portugal.
La Sheberina musulmana fue definitivamente reconquistada en 1230 y formó parte del reinado castellano por donación de la Orden de S. Juan del Hospital, pero D. Dinis la recuperó para Portugal, reparo su castillo y la rodeó de murallas. En la actualidad sus calles son estrechas y están adoquinadas. En el corazón del casco medieval hay una bonita plaza.