Ciudad fronteriza, ubicada a lo largo del río Minho, Valença está rodeada de murallas y conserva las características de una ciudad fortificada en los siglos XVII-XVIII al estilo del arquitecto militar francés Vauban. Su primer nombre era «Contrasta», que significaba un pueblo frente a otro, debido a su ubicación frente a la ciudad gallega de Tui en la otra orilla del río Minho.

Hoy en día es una ciudad con un comercio floreciente, en el que se destacan los tan buscados productos artesanales locales. Valença es visitada principalmente por españoles, que solo tienen que cruzar el río Minho para disfrutar de esta pequeña ciudad portuguesa en la frontera.

La ciudad es conocida sobre todo por su enorme y hermosa fortaleza, la Plaza Forte de Valença. Construida para defender a la ciudad de posibles ataques desde España, hoy es su mayor atractivo turístico, pero no el único. Valença también es conocida por su deliciosa gastronomía, típica de Minho. Descubre los mejores lugares para visitar en Valença.
1. Fortaleza de Valença
La «Praça-forte de Valença» se encuentra en la parroquia de União das Freguesias de Valença, Cristelo Covo e Arão, municipio de Valença, distrito de Viana do Castelo, en Portugal. En el extremo norte del país, en una posición dominante en la margen izquierda del río Minho, bordeando Tui, Galicia, controlaba el principal punto de cruce de ese río.

Junto con las fortalezas de Viana do Castelo, Caminha y Monção, fue una de las cuatro grandes fortificaciones en las que se basó la defensa del noroeste del país, complementada por pequeños fuertes, como el de São Vicente, el de la Feitoria Velha y otros, erigidos en las cercanías de Valença.
Es la plaza más importante de su tipo en ese momento en Portugal y se caracteriza, según el historiador del arte Rafael Moreira, por una planta sofisticada con una superposición impresionante de recintos fortificados y obras defensivas a lo largo de la pendiente, para aprovechar al máximo condiciones topográficas. Su magnificencia y grandiosidad ciertamente no serán ajenas a su implementación frente a España, constituyendo una «verdadera muestra de los recursos de guerra del país».
2. Iglesia de Santa María dos Anjos

La iglesia de Santa María dos Anjos es la iglesia matriz de Valença. La construcción data del estilo románico del siglo XIII, presenta un plan longitudinal. En el interior hay 5 retablos tallados policromados de estilo neoclásico y barroco en la nave, 2 colocados colaterales al arco triunfal, y en el presbiterio el retablo tallado igualmente policromado, también de diseño neoclásico. En la capilla funeraria adjunta también hay rastros interesantes de pintura mural del siglo XVI.
3. Casa Real

Edificio románico/gótico. Desde la década de 30 del siglo XVIII aquí funcionaron el Ayuntamiento y la Carcel de la Comarca. En las ventanas del piso superior se pueden ver las rejas de las habitaciones de la antigua cárcel. Sus arcadas, seis en total, recibian la feria. En la fachada, tiene una Esfera Armilar. Actualmente es el Centro Museologico Municipal.
4. Iglesia de San Estevão

Arquitectura religiosa, neoclásica. Iglesia neoclásica longitudinal de 3 naves. Aquí estaba la colegiata de San Estevão de Valença, así como el Obispado de Ceuta. De esos tiempos es posible apreciar la silla bispal, de estilo gótico-mudéjar, así como las sillas y pinturas de la vida de San Vicente. El templo aún conserva la única imagen en Portugal de la Virgen amamantando al niño que escapó de la Inquisición.
5. Estatua de San Teotónio
Es una escultura del siglo XX y evoca la figura del primer santo portugués, el inspirador y protector de la nacionalidad. Nació en 1082 en la parroquia valenciana de Ganfei y murió en Coimbra el 18 de febrero de 1162.

San Teotónio se convirtió en el primer santo portugués, siendo celebrado como el reformador de la vida religiosa. Conocido como el santo patrón de los cristianos esclavizados, por haber apoyado a 1000 hombres, mujeres y niños mozárabes, capturados en una redada a Andalucía por D. Afonso Henriques.
6. Monasterio de Ganfei

Siendo un monasterio benedictino, probablemente data del siglo VII. Sin embargo, su fundación se hizo en el período visigodo. Según una inscripción en el claustro, el monasterio fue destruido en el año 1000 por el jefe árabe Almançor, siendo reconstruido en 1018 bajo el patrocinio de Ganfried o Ganfei, un caballero francés que se convirtió en santo y más tarde nombraría el Monasterio y el pueblo.