Precioso pueblo al pie de la Sierra del mismo nombre, sus características únicas han hecho que la UNESCO, a clasificarla como patrimonio mundial se viese obligada a crear una categoría específica para el efecto – la de «paisaje cultural» – que de esta forma considera tanto la riqueza natural como el patrimonio construido en el pueblo y en la sierra. La Sierra de vegetación exhuberante, forma parte del Parque Natural Sintra-Cascais.
En el s.XII, el 1º Rey de Portugal, D. Afonso Henriques conquistó el Castillo de los Moros, y más tarde sus sucesores, sobre los restos de un palacio árabe, construyeron aquí su residencia de reposo, que hoy es el símbolo del pueblo – el Palacio de la Villa. Aquí se conservan aún muchas reminiscencias árabes, por ejemplo, los azulejos, los patios, las fuentes, pero su fisionomía está marcada, sin embargo, por las dos enormes chimeneas cónicas construidas en la Edad Media.
Lugar de veraneo muy apreciado por reyes y nobles, y exaltado por escritores y poetas de los que es ejemplo incuestionable Lord Byron que le llamó Eden glorioso, Sintra posee un rico conjunto de chalets y fincas algunas de las cuales ofrecem actualmente alojamiento en las modalidades de Turismo rural o residencial. Estos son los mejores sitios que ver y visitar en Sintra, Portugal.
1. Palacio de la Pena
El Palacio da Pena es uno de los máximos exponentes del Romanticismo del siglo XIX en Portugal. Este colorido palacio, construido en 1839 en torno a las ruinas de un antiguo monasterio jerónimo por D.Manuel I, se encuentra localizado en lo alto de la Sierra de Sintra, siendo visible desde largas distancias. Este palacio fue construido por el Rey D. Fernando II, apasionado por sintra, para ser utilizado como residencia de vacaciones de la familia Real, que vió en lo alto de esta montaña rocosa un lugar idílico, mágico y romántico.
Su edificación presenta una gran variedad de estilos arquitectónicos, que van desde el romanticismo hasta el gótico, pasando por el manuelino y el renacentista, con inspiración indiana y masónica entre otras. Es considerado como una mágica obra de arte que cruza Oriente y Occidente. Existen numerosos elementos a destacar, siendo los más relevantes la figura del monstruo asustador, medio pez medio hombre, que se encuentra debajo del pórtico del tritón; los azulejos barrocos; el mobiliario del siglo XIX, que incluye objetos personales de la familia real; y sus hermosos vitrales.
2. Palacio de la Regaleira
El Palacio da Regaleira nació a principios del siglo XX, de la imaginación de su propietario, António Augusto Carvalho Monteiro, y del arquitecto responsable del proyecto, el italiano Luigi Manini.
Del sueño a la realidad nació la Quinta da Regaleira, una unión de varias corrientes artísticas y arquitectónicas, del gótico, al manuelino, con un toque renacentista. El resultado fue una creación única, llena de rincones mágicos y detalles que no esconden la unión entre la Historia nacional y el lado mítico y esotérico, inevitablemente asociado a la sierra de Sintra.
3. Azenhas del Mar
Un mirador que nos da la perspectiva litoral de Sintra. Con una vista avasalladora de las laderas que descienden hasta el océano Atlántico, en toda su fuerza, pero flanqueada por el paisaje pintoresco de las pequeñas casas de color azul, casi como esculpidas en la roca.
En este escenario idílico, el mar corta los arribas formando pequeñas piscinas naturales. Se sitúa en la parroquia de Colares, a 14 km del Centro Histórico de Sintra.
4. Castillo de los Moros
El Castillo de los Moros fue conquistado en 1154 por los cristianos a los musulmanes y, en su interior, fue construida una capilla para los primeros colonos. Este castillo cuenta con 450 metros de fortaleza, estratégicamente posicionada, y con cinco torreones, teniendo uno de ellos una altura tan grande que es necesario subir 500 escalones para llegar a su cima.
Visitar el Castillo de los Moros en tu paso por Sintra es algo indispensable, especialmente si deseas disfrutar de unas maravillosas vistas sobre toda la región. En el período romántico, alrededor de 1860, las murallas fueron restauradas bajo el control de D. Fernando II, que arborizó los espacios envolventes, habiendo conferido a las viejas ruinas medievales una nueva dignidad. De destacar, la Cisterna Moura en el interior, y el llamado torre Real. Está situado a unos 3,5 km del centro histórico de Sintra.
5. Palacio Nacional de Sintra
También conocido como Palacio Real o Palacio de la Villa, el Palacio Nacional de Sintra se alza en la Plaza de la República, el centro del centro histórico de Sintra. Las dos grandes chimeneas hermanadas, provenientes de la cocina del Palacio, constituyen su imagen de marca y dominan el paisaje de todo el centro histórico de la Villa.
Comenzó por ser un palacio moro y, a lo largo de las diversas épocas, diversos cuerpos nuevos se añadieron a su estructura inicial. Hoy en día, es uno de los ejemplos más importantes de la arquitectura realenga en Portugal, siempre ligado a los momentos más significativos de la historia del país. Por todo ello, tiene la clasificación de Monumento Nacional y es frecuentemente utilizado para escenario de eventos culturales o encuentros oficiales.
6. Playa de la Ursa
La pregunta que se impone es cómo llegar a Praia da Ursa, una de las más bellas del país que se esconde detrás de los acantilados que levantan el Cabo de la Roca, situada en la costa del Parque Natural de Sintra, a la que casi sólo el mar tiene acceso.
La playa debe su nombre a la piedra enorme en forma de osa, lado a lado con otra formación rocosa de nombre Gigante. Con cerca de 50 m. de extensión, ésta es una playa muy bonita, pero que se queda con muy poco espacio cuando sube la marea. Con la marea baja es posible explorar las ensenadas de Palaia, al sur, a la cuales van los perceberos y, al norte, el pesquero de Abrigo. Debido a las dificultades de acceso, esta playa está muy buscada por los nudistas.
7. Palacio de Monserrate
El Palacio de Monserrate es considerado por muchos como un espacio de gran relevancia histórica, pero también goza de una gran importancia en términos de belleza y armonía. Este palacio fue diseñado por el poeta inglés Lord Byron durante el siglo XIX como “el primero y el más lindo lugar del reino”.
Tanto el palacio como sus exuberantes jardines reflejan los eclecticismos del siglo XIX, en el que los motivos exóticos y vegetales de la decoración interior se prolongan armoniosamente hasta el exterior. En el interior y exterior de este fantástico palacio notarás su inspiración árabe y un detallado trabajo en estucos, azulejos y otros materiales nobles.
8. Chalet Condesa d’Edla
El Chalet de la Condesa D ‘Edla fue construido por el Rey D. Fernando II y su segunda mujer, Elise Hensler, Condesa D’ Edla, entre 1864 y 1869, según el modelo de los Chalets Alpinos entonces en boga en Europa.
Es un edificio con una fuerte carga escénica caracterizado por la marcación horizontal del revoque exterior, pintado a imitar un revestimiento en tablones de madera, y por el uso exhaustivo del corcho como elemento decorativo. El jardín junto al Chalet reúne vegetación autóctona y especies botánicas provenientes de los cuatro rincones del mundo.
9. Palacio de Queluz
El Palacio de Queluz, y sus jardines, es uno de los mejores ejemplos de la arquitectura portuguesa de finales del s. XVIII. Mandado construir por D. Pedro III, esposo de la reina Dña. Maria I (1734-1816), este palacio fue residencia real y constituye uno de los mejores ejemplos de la arquitectura portuguesa de finales del siglo XVIII.
Fue enriquecido con un importante museo de artes decorativos, cuyas colecciones pertenecieron, en su mayoría, a la familia real, y que se exhiben en su entorno original. Muchos de sus salones presentan decoración rocaille, como el espléndido Salón del Trono, de paredes cubiertas de espejos y magnífica talla dorada. Sus jardines son realzados por fuentes y lagos decorativos de los cuales el agua brota de figuras mitológicas. Se destaca el grupo escultórico alrededor del lago del Jardín de Neptuno.
10. Cabo de la Roca
El «Cabo da Roca» es el punto más occidental del Continente Europeo o, como escribió Luís Vaz de Camões, el local “Donde la Tierra se acaba y el mar comienza” (Os Lusíadas, Canto VIII). Un padrón en piedra con una lápida firman esta particularidad geográfica a todos cuanto visitan este local. El «Cabo da Roca» es también denominado «Focinho da Roca» por las gentes ligadas a las cosas del mar, y más poéticamente por «Promontório da Lua», está integrado en el Parque Natural de Sintra – Cascais, el cual engloba una vasta área de interés natural y belleza paisajística que va desde la Cidadela de Cascais hasta a la desembocadura del río «Falcão».
Partiendo del «Cabo da Roca» es posible seguir variados eco-trillos. En el «Cabo da Roca», el visitante se depara con un paisaje espectacular, un imponente farol e infraestructuras varias. Es también en este local que se encuentra una de las especies vegetales más raras la «armería pseudoarmería». Estando inserido en una zona de fáciles accesos y de gran afluencia turística son innumerables las personas que lo visitan.
11. Palacio de Seteais
En la actualidad es uno de los hoteles más famosos y exquisitos en Portugal. Pero su historia se remonta al siglo XVIII, cuando fue construido por Daniel Gildemeester, en el tiempo cónsul de Holanda en Portugal. Al final del mismo siglo, el Palacio fue vendido al quinto Marqués de Marialva, estribor del Reino, que añadió un nuevo edificio a la obra original y unió los dos núcleos por un arco.
El Palacio de Seteais se encuentra a 1 km del centro histórico de Sintra. Una vez que en el edificio principal funciona ahora un hotel, el acceso al público en general está limitado. Sin embargo, el exterior y parte de los jardines pueden ser visitados.
12. Convento de los Capuchos
Convento franciscano construido en contacto directo con la naturaleza y de acuerdo con una filosofía de extremo despojamiento arquitectónico y decorativo. El Convento de los Capuchos, de dimensiones reducidas y notable por la extrema pobreza de su construcción, es también conocido como «Convento del corcho», dado el uso extensivo del corcho en la protección y decoración de sus pequeños espacios.
Su rusticidad y austeridad son indisociables de la vegetación envolvente, en una integración total con la naturaleza, hasta el punto de incorporar en la construcción enormes fragas de granito.
13. Parque de Monserrate
Los jardines circundantes del Palacio de Monserrate recibieron especies procedentes de todo el mundo y fueron organizados por áreas geográficas, reflejando los diversos orígenes de las plantas y componiendo escenarios a lo largo de caminos sinuosos, entre ruinas, rincones, lagos y cascadas.
Es así, sobre todo gracias a la intervención programática del paisajista William Stockdale, del botánico William Neville y del maestro jardinero James Burt y, sobre todo, al espíritu romántico de Francis Cook, que podemos hoy encontrar en el parque de Monserrate escenarios contrastantes que, a lo largo de caminos sinuosos por entre ruinas, rincones, lagos y cascadas sugieren el dominio de la Naturaleza sobre el Hombre, al mismo tiempo que nos permiten el contacto con ancestros fetos arbóreos y araucarias, agallas y palmeras que recrean un escenario de México, camelias, azaleas, rododendros y bambúes, recordando un jardín de Japón.
14. Sierra de Sintra
Cadena montañosa granítica de 11 kilómetros de extensión, alcanzando los 519 metros en la Cruz Alta, y una orientación este-oeste. Está integrada en el Parque Natural de Sintra-Cascais, presentando, a su pie, la villa de Sintra. De su riqueza arquitectónica, se destacan, por ejemplo, el Palacio Nacional de la Pena, mandado edificar por D. Fernando II, el Castillo de los Mouros, el Palacio de Monserrate, el Convento de los Capuchos, el Palacio de Seteais y muchas casas señoriales.
La Peninha es un pico de 490 metros de altitud que ofrece un panorama asombroso. Tiene una capilla del siglo XVII, construida sobre la roca y decorada con ricos paneles de azulejos. El Paisaje Cultural de Sintra está clasificado por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad.
15. Parque de la Pena
El Parque da Pena comenzó a ser construido en 1838 y contiene varias especies vegetales nativas, así como otras provenientes de todas las partes del mundo, tales como Asia, Oceanía y América del Norte, entre otros, confiriendo al jardín un importante elemento exótico. En este jardín de Sintra encontrarás bonitos senderos, lagos, fuentes y diferentes edificaciones.
Este parque, a pesar de ser natural, fue concedido por el Rey D. Fernando II, al igual que el palacio. En él, D. Fernando idealizó un escenario de los presentes en las óperas y paisajes lejanos, creando diferentes contrastes, conectando lagos, añadiendo cascadas y utilizando especies vegetales procedentes de todo el mundo, como criptomerias de Japón, helechos de Nueva Zelanda, cedros del Líbano y araucarias de Brasil, conformando así un total de 2000 especies distintas.