El sur de Portugal es mejor conocido por sus playas, pero hay mucho más por descubrir y muchos lugares hermosos para visitar en el Algarve. La costa posee bellísimos acantilados y playas de agua límpida, pero en su interior, el Algarve esconde pequeños pueblos o ciudades que encantan a cualquier turista. Y además de pueblos o ciudades, el Algarve tiene todavía algunas fantásticas zonas naturales, repletas de vida salvaje.
El Algarve posee una oferta cultural y artística muy interesante, sobre todo en sus mayores ciudades, como Faro, Tavira, Lagos o Silves. Si busca algo más que playas para visitar en el Algarve, sepa que no van a faltar alternativas. Estos son los mejores sitios que ver y visitar en el Algarve, Portugal.
1. Tavira
Tavira es una bonita ciudad atravesada por el río Gilão, ubicada en la parte oriental del Algarve, a treinta minutos de la frontera con España en Ayamonte, y a otros tantos del Aeropuerto Internacional de Faro. Los dos lados de la ciudad están unidos por un bello puente románico de siete arcos.
Tavira es un lugar perfecto para pasear, pues cuenta con un precioso centro histórico compuesto de un laberinto de calles con bellos pavimentos. El centro esconde jardines y plazas arboladas, iglesias y casas palaciegas dignas de ver. La ciudad también cuenta con un pequeño puerto pesquero y un moderno mercado.
2. Faro
Como destino de vacaciones, Faro es a menudo infravalorado, considerado sólo como un punto de entrada al sur de Portugal por el principal aeropuerto de la región. Esto permitió a Faro conservar su ambiente pacífico y encanto tradicional, que se concentra en el interior de las murallas de la Antigua Ciudad.
Faro se sitúa en el límite del Parque Natural de la Ría Formosa, una serie de lagunas de agua salada y lechuzas que son el refugio para aves migratorias y vida silvestre. Después del Parque Natural de la Ría Formosa se sitúan las tres islas restingas, que albergan las playas de Faro y son algunas de las menos desarrolladas en el Algarve.
3. Ferragudo
El pueblo de Ferragudo habrá nacido alrededor del siglo. XIV. Pescadores que buscaban en el mar el sustento para sus familias, se instalaron en estas paradas, erigiendo toscos y humildes casitas. Sin embargo, existen vestigios que nos atestiguan presencia humana en Ferragudo en el período de la Prehistoria.
A las maravillosas playas ya las excepcionales condiciones naturales que aquí se pueden encontrar, se aliaron las villas, los pueblos, entre otras unidades de alojamiento, haciendo Ferragudo, una región de reconocida belleza, en un lugar apacible e ideal para unas vacaciones tranquilas.
4. Silves
Como si estuviera protegido por el castillo que nos recuerda la historia, «Silves» surge como un estupendo valle, donde están sus tradicionales casas. Hoy, Silves es una ciudad que forma parte de la ruta turística de cualquier visitante. Dado su crecimiento económico y urbanístico, está probado que aún en plena sierra del Algarve se puede encontrar un local rico por su oferta tanto a nivel de monumentos como a nivel de animación y ocio.
Su oferta de alojamiento y restauración, su festival conocido a nivel nacional, los espacios para espectáculos, como la Fábrica del Ingles, permiten al visitante un vasto número de opciones para la diversión o incluso, para descansar. Aún consigue sorprender por la belleza del río que recorre el pueblo de «Silves» y que permite disfrutar de un tranquilo atardecer.
5. Alcoutim
Alcoutim es un pueblecito, estratégicamente ubicado junto al río Guadiana, justo en la orilla contraria a Sanlúcar de Guadiana (España). Ambos pueblos son dominados por imponentes fortalezas que recuerdan tiempos más agitados. Los romanos y moros construyeron fuertes en los montes que rodean el lugar, debido a varios siglos de tensión. En el siglo XIV, el rey Fernando I de Portugal y el rey Henrique II de Castilla firmaron aquí un intento de tratado de paz.
Por desgracia, en la actualidad es un pueblo que está deshabitándose a marchas agigantadas, pero sigue resultando un lugar muy agradable, especialmente para unas vacaciones. Cuenta con una preciosa playa ribereña (Praia Fluvial de Alcoutim), un fascinante castillo, una capilla con un museo de arte sacro y otros lugares interesantes.
6. Ria Formosa
El Parque Natural da Ría Formosa se extiende en más de 18.400 hectáreas y cuenta con más de 60 kilómetros de extensión, siendo considerado como uno de los parques naturales más bonitos del Algarve. Este parque está formado por un cordón de dunas en paralelo a la costa y cinco islas arenosas (Barreta, Culatra, Armona, Tavira e Cabanas). Dicho cordón no es linealmente delimitado, ya que es recortado por las salinas.
Esta zona es considerada como una zona húmeda con una gran importancia y relevancia internacional, ya que es el hábitat de numerosas aves acuáticas y es una reserva protegida, así como una zona de protección especial dentro de varias denominaciones. En las islas que componen este parque encontrarás bonitas playas de agua salada o dulce, que gozan de unos paisajes paradisíacos. Algunas de las mejores playas son Playa do Barril y Playa do Farol.
7. Monchique
Las casas tienen la arquitectura tradicional del Algarve en las paredes blancas, en las canterías, en las manchas de color de las puertas y ventanas, aunque exhiban las típicas «chimeneas de falda» tan diferentes de las del litoral. Las calles escarpadas y estrechas dejan ver a cada paso nuevas perspectivas sobre la vegetación de la sierra, mostrando un cierto exotismo, aumentado por la presencia de canelos y hortensias, de árboles frutales, evocadores de jardines y arboledas: es la excusa ideal para una larga excursión de exploración de un rincón diferente del Algarve.
Monchique merece ser visitada a pie, ya que para apreciar sus encantos es necesario subir y bajar las calles, asomarse a los amplios horizontes que aparecen por entre las casas, descubrir rinconcitos de luz y tranquilidad. Al final le quedará el recuerdo de una ciudad de la sierra con historia y carácter a la que apetece volver.
8. Pego do Inferno
El Pego del Infierno es una zona de baño natural con una bonita cascada que se ubica en el interior de Tavira. Es una de las cascadas más hermosas de Portugal, lo que da lugar a un pequeño estanque de color verde intenso que es perfecto para el baño y para disfrutar con tranquilidad de su entorno.
El acceso a la cascada es complicado, ya que las escaleras de acceso fueron destruidas hace algunos años por un incendio. Por eso se debe acceder por un pequeño camino que está un poco escondido.
9. Aljezur
Aljezur es un claro ejemplo de que el Algarve es mucho más que abarrotados centros turísticos y lujo. En esta villa encontrarás zonas repletas de pura naturaleza. Aquí los recursos naturales son el bien más preciado. En Aljezur disfrutarás de las playas más bonitas, extensas y desiertas de todo el Algarve, algunas de las cuales se encuentran rodeadas por altos acantilados con formaciones muy peculiares, conformando un paisaje paradisíaco.
En ellas observarás una rica fauna y flora junto a un mar cristalino. Algunas de las playas más famosas de este destino son Playa de Odeceixe, Playa do Vale dos Homens, Playa da Arrifana y Playa Vale Figueiras. En cuanto a patrimonio cultural, esta villa cuenta con varios lugares de interés como el Castillo de Aljezur, el las ruinas del Castillo da Arrifana o la Iglesia da Misericórdia, que actualmente alberga un museo de arte sacro.
10. Cacela Velha
Cacela Velha es la zona más antigua del concelho de Vila Real de Santo António. Su existencia como centro urbano se remonta por lo menos, según los vestigios arqueológicos encontrados, al tiempo de los Romanos y los Árabes, aunque se cree que es de origen fenicio.
Actualmente es una modesta aldea de agricultores y pescadores con un típico caserío de viviendas blancas agrupadas alrededor de la Iglesia de Nossa Senhora da Assunção (siglo XVI-XVIII), que supone un magnífico mirador sobre el océano y los arenales de la Reserva Natural de la Ría Formosa. De esta localidad, además de la iglesia anteriormente citada, merece la pena visitar su Núcleo Museológico y su Fortaleza.
11. Alte
Alte es para muchos el pueblo más típico del Algarve. Este pequeño pueblo de casas encaladas con chimeneas cargadas de arabescos, flanqueadas por árboles se encuentra situado en el municipio de Loulé, en corazón del Algarve. Este pueblo tiene su origen en la época romana, y en él se instalaron también los musulmanes.
En el corazón de la villa se encuentra la iglesia matriz, que data del siglo XIII, cuya capilla alberga varias piezas del siglo XVI pintadas a mano. Otro de los lugares que destacan de Alte es su antiguo molino de agua del siglo XII. En sus calles encontrarás varias tiendas de artesanía donde podrás adquirir productos locales.
12. Estói
Estói es una pequeña gran aldea situada entre São Brás de Alportel y Faro. El visitante de esta magnífica aldea de la sierra algarvía, no busca ciertamente las playas, sino toda una riqueza arquitectónica de un patrimonio nacional ineludible.
Entre las típicas casas algarvías, de calles floridas, se encuentra un palacio de estilo rocócó que parece retirado de una historia de reyes y reinas, de jardines adornados con naranjos y palmeras. Cerca y también con una connotación histórica sobresaliente están las ruinas romanas de Milreu.