Entre Castelo de Vide y Portalegre, a pocos kilómetros de España, encontramos la tranquila villa de Marvão, en el punto más alto de la Sierra de São Mamede. Geograficamente, Marvão es un punto de defensa estratégico natural, marcado por laderas muy empinadas a Norte, Sur y Oeste, y con acceso a pie sólo por el lado Este, hacia donde se desarrolló la población.
Dentro de las murallas, se revela un hermoso conjunto de arquitectura popular alentejana. En las estrechas calles de Marvão se descubren fácilmente arcos góticos, ventanas manuelinas, balcones de hierro forjado embelleciendo las casas y otros detalles de interés en rincones marcados por el granito local. Una de las principales razones para visitar la villa es la hermosa vista sobre la región.
Elegimos como miradores la alta Torre de Menaje y la Pousada de Santa María, una adaptación de dos casas de la aldea, donde también podrá descansar y saborear la gastronomía regional. Cerca de Marvão encuentra además diversos puntos de interés y lugares dignos de visita, con especial destaque para Castelo de Vide, para las Ruinas Romanas de Ammaia y para la Sierra de São Mamede. Estos son los mejores lugares que ver en Marvão y sus alrededores, en Portugal.
1. Castillo de Marvão
El castillo de Marvão se sitúa en el pico más alto de la Sierra de São Mamede, en pleno Parque Natural. La ocupación de este territorio puede remontarse a la prehistoria, pero no hay certeza sobre ello, como tampoco sobre su ocupación por los romanos, sin embargo la proximidad de una vía romana, que atravesaba el río Sever, apunta a esa posibilidad. Lo que parece cierto es que D. Afonso Henriques, ha conquistado esta fortificación a los moros, alrededor de 1166, a raíz de la campaña que se inició con la conquista de Alcácer do Sal.
La fecha más temprana que da fe de la posesión portuguesa de este castillo es 1214. El trabajo de reconstrucción comenzó después de la restauración de la independencia en 1640, para adaptar la fortaleza para el uso de artillería y antes de terminar la construcción fue atacada por las fuerzas españolas, que volvieran a atacar este castillo en 1704 y 1772. Ya en el siglo XIX, durante las invasiones francesas, llegó a ser ocupado por estas fuerzas.
2. Ciudad romana de Ammaia
La ciudad romana de Ammaia quedó perdida en el valle de la Aramania, en el Alentejo, y sólo fue redescubierta en el siglo pasado. Desde entonces está siendo excavada e investigada por científicos de todo el mundo. Entre la población local los vestigios romanos son conocidos desde siempre, pero sólo a principios del siglo pasado se empezó a percibir que lo que estaba enterrado en el Valle de la Aramania era una ciudad romana. Construida de raíz en el siglo I DC alcanzó su esplendor en los trescientos años siguientes. A partir del siglo IX desaparecen las referencias a la ciudad como urbe habitada. Sus piedras sirvieron para construir otros lugares y monumentos.
De la antigua ciudad sobraba un mito, hasta que a principios del siglo XX surgieron indicios fuertes que indiciaban la existencia de una ciudad de gran dimensión en aquella zona. A mediados del siglo se concretaron las primeras excavaciones y en la última década se intensificaron los trabajos que recurren también a nuevas tecnologías. Los arqueólogos conocen hoy el diseño y la arquitectura de Ammaia gracias a una tecnología que permitió radiografiar toda el área. Los trabajos de exploración, gestionados por una fundación privada, prometen traer más revelaciones sobre esta ciudad que cuenta la historia del poder romano y su decadencia en la Península Ibérica.
3. Casa de la Cultura de Marvão
Es uno de los más importantes elementos de la arquitectura civil de la villa y, al mismo tiempo, el edificio más antiguo de la misma, lo que, unido a su ubicación, atestigua su importancia política y administrativa a través de los tiempos. En efecto, se sitúa en la confluencia de tres calles (Calle de Cima, Rua das Portas da Vila y Rua do Relógio) que a su vez proceden de las tres puertas de la cerca urbana medieval (respectivamente, Puertas de Ródão, Puertas da Vila y Postigo del Torrejón). La confluencia se constituye en la plaza, la del Pelourinho (también llamada plaza de la Villa), teniendo al centro este dispositivo de aplicación de justicia y símbolo del poder local, también él manuelino.
El espacio donde antes se ubicaba la antigua secretaría camarera, fue rehabilitado para Auditorio y dotado de la más moderna apariencia audiovisual, siendo ahora ofrecido, al igual que la Sala de Reuniones, para la realización de los más variados eventos. La cantería fingida se encuentra coronada por almenas de inspiración manuelina y cuatro tiras decoradas, respectivamente, de izquierda a derecha, por la Cruz de Malta, por la esfera armilar, por el antiguo escudo municipal y por la Cruz de Cristo. La fachada de la entrada de la Cámara Vieja presenta, sin embargo, una clara marca barroca en la decoración de la puerta, atestada, temporalmente, por una pequeña lápida con la fecha inscrita de 1759.
4. Museo Municipal
La Iglesia de Santa María, cerrada al culto y en avanzado estado de ruina, fue recuperada para la instalación del Museo Municipal de Marvão. El 7 de noviembre de 1987 se abrieron por primera vez a los visitantes las puertas del Museo, haciéndose realidad una vieja aspiración de las poblaciones de este municipio que, ofreciendo o cediendo piezas, en mucho contribuyeron a hacer posible este proyecto.
El portal principal de granito, orientado a la naciente, reestructurado en el siglo XVI, presenta un frontón interrumpido, coronado por una ventana rectangular, flanqueado por una torre, cuadrangular, con dos ojales. El acceso a la torre se realiza a través de escalera en caracol, de granito, del siglo XVI. La presentación del rico y variado botín obedeció al propósito de ofrecer al visitante un paseo por la Historia del Municipio de Marvão, desde el Paleolitico a los tiempos de nuestros abuelos.
5. Molino de la Cova
El Centro de Interpretación Cultural y Ambiental del Molino de Cova como su nombre indica está instalado en un antiguo molino de agua junto a la Playa fluvial del río Sever, en la población del Portagem en el municipio de Marvão. La conversión de este antiguo molino en equipos de interpretación ambiental y cultural le permite reproducir de forma interactiva una actividad secular y de gran importancia para la región, molienda, o no fuera el Alentejo el granero de Portugal.
El Molino da Cova, con una ubicación privilegiada en el centro de ocio de Portagem, paso obligado de quien pretende acceder a Marvão o desplazarse entre Portalegre y España tiene por objetivos apoyar el turismo, la cultura y las tradiciones locales. Este edificio está constituido por 2 pisos, molino en el piso inferior y casa del molinero en el piso superior. Actualmente el piso inferior presenta una exposición museológica permanente donde los visitantes pueden conocer y revivir el pasado, ayudándoles a comprender mejor la historia y el día a día de un molino de grano con algunos cientos de años!
6. Portagem
Portagem es una pintoresca población rural de la parroquia de San Salvador de la Aramenha, bañada por el río Sever, que proporciona a la localidad un agradable espacio de ocio y relajación. De acuerdo con la leyenda, se dice que el nombre del lugar «peaje» vendrá de Judios expulsados de España de los Reyes Católicos, que para entrar en Portugal por el puente viejo que todavía existe en este lugar pagarian el «peaje».
El río Sever forma aquí una piscina natural, formada entre dos puentes, propicia a agradables baños, existiendo al lado del Centro de Ocio del Portagem, ubicado en el lado opuesto al actual parque de meriendas, poseyendo diversas infraestructuras como piscina, polideportivo, parque infantil y un circuito de mantenimiento, entre otras cosas. El Portagem es también caracterizada por sus dos monumentos más notables: el Puente Viejo, vulgarmente apodado Puente Romano, y la también granítica Torre Militar Medieval. En la localidad existen varias opciones de recorrido peatonal, especialmente por antiguos rieles romanos, dada la proximidad con las Ruinas Romanas de Ammaia.
7. Carretera Nacional 246-1
Hay cada vez menos carreteras y lugares así y éste también corre el riesgo de desaparecer a causa de noticias que indican que las autoridades se preparan para cortar los árboles (o al menos parte de ellos) que rodean esta carretera que es, sin duda, una de las más bellas de Portugal. Quien recorre las rutas de Portugal enfrenta a menudo a sí mismo con un paisaje idílico, como si estuvieran saliendo de un cuento o de un reino encantado. Además, el paisaje varía enormemente en un país tan pequeño como el nuestro.
Pero quien alguna vez tuvo la suerte de viajar por el Alentejo, difícilmente olvidará la carretera N246-1, que conecta la localidad de Portagem a Marvão. Rodeada completamente por los frejos (que por cierto era una práctica muy habitual hasta hace unas décadas) la carretera ofrece una mezcla de espanto y relajación. El paisaje de esta bellísima carretera varía según las estaciones del año. Si en el otoño puede apreciar los colores rojos y amarillos de los árboles, en invierno puede encantar con la melancolía de las ramas desnudas de hojas. En el verano … es la frescura del verde de las hojas que encanta quien por allí pasa.
8. Estación de Ferrocarril de Marvão
La última estación de la extensión de Cáceres antes de la frontera con España es también la primera tarjeta de visita Portugal por los que entran en nuestro país para esta línea ferroviaria. Es por eso que la gare de Marvão – Beirã (está mucho más cerca de la aldea que de la histórica villa) ostenta hermosos paneles de azulejos con algunos de los principales monumentos lusos, como la Torre de Belém, el Monasterio de Alcobaça y el Convento de Cristo, en Tomar.
Este conjunto, producido por la Cerámica Lusitana, fue pintado por Jorge Colaço, el mismo autor de los paneles de la vecina estación de Castelo de Vide y del magnífico atrio de la gare portuense de São Bento. Pero como punto fronterizo no podían faltar también las áreas que pertenecieron a la Guardia Fiscal, a la Aduana ya la fiscalización de los pasaportes. Curiosa es, igualmente, una antigua sala reservada únicamente a los pasajeros de la primera clase. Para que este patrimonio sea mejor preservado, la autarquía de Marvão clasificó el edificio como propiedad de Interés Público.
9. Castelo de Vide
Castelo de Vide es una localidad agradable del norte del Alentejo que se asienta a los pies de una colina, doblemente coronada por un Castillo medieval de D. Dinis (siglo XIII) y la Fortaleza de San Roque, con la Iglesia del mismo nombre detrás de sus muros. Entre ambos surge la Iglesia de Santa María Devesa (siglos XVIII y XIX). Este sitio no presenta muchos monumentos para visitar, pero tampoco son necesarios; simplemente disfrute de este hermoso lugar durante un día o una noche. La localidad es más encantadora al atardecer ya la primera hora de la mañana.
La subida al castillo es realizada por las empinadas carreteras del conocido «Barrio gótico», repleto de edificios con portones y ventanales de estilo gótico. Junto al castillo, en el que también existe un Centro de Megalitismo y un Museo de Historia y Arquitectura Militar, existe una pequeña judería, que alcanzó su apogeo en el siglo XV, tras la expulsión de los judíos de España. La prueba de ello es la pequeña Sinagoga, hoy convertida en museo. A Este de la judería se eleva la Fuente de la Vila, una erodida fuente de mármol del siglo XVI de la que, al igual que en muchas otras fuentes públicas de la localidad, mana agua mineral deliciosa que hizo famosa a Castelo de Vide.
10. Alegrete
Alegrete es una bonita y pacífica parroquia Alentejana situada a más de 480 metros de altitud, en pleno Parque Natural de la Sierra de São Mamede, en el municipio de Portalegre, dueña de una antigua y rica historia. De hecho, este es un lugar de la antigua ocupación humana, ocupado por varias personas y fue recapturado por el primer rey portugués, Afonso Henriques, posiblemente alrededor de 1160.
Alegrete se ubica cerca de la frontera con España, por lo que su posición geográfica siempre permitió observar todo el entorno en la perfección, dotando a la localidad de alguna importancia y desarrollo, como aún hoy es visible en el principal monumento de la localidad: el Castillo. El propio topónimo del lugar deriva del latín ‘Ad Septem Aras’ que significa que se encuentra en una alegre situación, ubicada en lo alto del monte, proporcionando magníficos panoramas. Vale la pena conocer las pacadas calles de Alegrete, con su típico caserío blanco de franja colorida que alberga la verdadera esencia Alentejana, donde el tiempo parece detenerse y las tradiciones van sabiamente mantenidas con el paso de los años.
11. Monasterio de la Flor de la Rosa
Situado en el pueblo de Flor da Rosa, muy cerca de Crato, el Mosteiro da Flor da Rosa Hospital de la Orden, fundada en 1356, es el monumento más importante de la región y uno de los ejemplos más emblemáticos del actual monasterio fortificado en Portugal y se ha convertido en una de las más conceptuadas Pousadas del País. Este Monasterio está compuesto por tres edificaciones distintas: la iglesia-fortaleza de estilo Gótico, un palacio-acastillado gótico, ya con alteraciones quidentistas, y las restantes dependencias conventuales ya renacentistas y mudéjares.
En el tiempo del Rey D. Manuel I el espacio monástico se extiende a un mayor número de habitaciones, transformándolo en un Paço Real, y con el gran terremoto de 1755 y un temporal devastador en 1897 que se hizo sufrir en el área, el conjunto habría sufrido grandes desgastes. El Monasterio de la Orden del Hospital de Flor de la Rosa fue clasificado en 1910 Monumento Nacional, y en la década de 40 comienzan las obras de restauración. Más tarde, en 1991 comienza el trabajo de conversión en Pousada de Portugal, por el arquitecto João Luís Carrilho da Graça, abierto al público en 1995 y convirtiéndose este legado patrimonial en uno de los albergues más aclamados en el país.
12. La Codosera
Como localidad fronteriza con Portugal, está cuajada de palabras procedentes de este idioma. Además tiene peculiaridades en el fonema “s”, de origen portugués, que sustituye al fonema “c,z” en el castellano. Esta peculiaridad sólo se da en este municipio y en Villar del Rey. El contacto entre las dos culturas que siempre ha existido y sigue existiendo, ha provocado el dominio de ambos idiomas por parte de la población de forma indistinta. Se conoce como “portuñol” a la forma de hablar que hace uso tanto del español como del portugués.
Otra de las causas de que en toda este área se hable portugués se debe a la masiva afluencia de emigrantes de este país que se produjo durante el siglo XVIII. Hoy en día, casi todos los habitantes de esta zona son bilingües, ya que mantienen una fuerte relación familiar y de vecindad con los habitantes de las aldeas portuguesas cercanas.